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12 octubre 2006

MAQUILLAJE

Pérdida en el estadio del espejo. Rasgar el pudor, abandonar los mecanismos de defensa, escribir para sí mismo, sería el reto..... Peep-show. Dejar a los demás mirar tu intimidad por la rendija, por el ojo de la cerradura, desde el armario de terciopelo.....Mientras se abre un mundo lleno de alucinaciones, de asesinatos secretos, de conspiraciones y derivas nunca antes soñadas. La digresión como estilo. Alicia desnudándose frente a una web-cam pornográfica. Es un mundo extraño..... Pero no estás en tu propia habitación. Más bien estás en un camerino sórdido, ajeno, ajustando los mecanismos de la insinuación, maquillándote al calor de las bombillas que hacen que cada imperfección de tu rostro, cada surco y cada marca, que todas las señales del tiempo, las muecas de disgusto te hieran. ¿Vomitarás, o serás capaz de tragártelo? A muchos les disgustan los gemidos falsos. Tranquila, no lo verá nadie, todo el mundo lo hace..... De repente una deformidad abyecta en primer plano, apenas identificable como lo que fue una cara. La mía. Estoy incómodo. Aún actúas como si alguien te estuviera mirando..... Qué más quisiera. Fantasías de desaparición, ya más que realizadas, y sin embargo de vez en cuando una mirada que se aparta, una cintura visible por descuido que se cubre, te recuerdan que todavía estás allí..... Y todo pasa a formar parte de tu propia mitopoiesis. OCULTAR ENSEÑANDO. Una habitación de espejos. Hay que proyectarse hacia afuera, tramar nuestro propio complot antes de que sea demasiado tarde. Siempre se llega ya demasiado tarde. Todo habría sido tan fácil de arreglar entonces, cuando aún estabas a tiempo, pero te pasó por alto..... Mientes de nuevo. Primero te daba vergüenza, luego te lo callabas incómodamente, con la angustia y el placer de la culpabilidad. Luego lo fuiste olvidando paulatinamente. Pero un día frente al espejo resurge la imagen del rostro deforme, del horror ante la propia imagen. Los demás te conocen siempre mucho mejor que tú mismo..... En la comisaría hay colgada una foto que se parece sorprendentemente a ti. Quizá tengas que echar a correr muy pronto. El asesino del tarot. Vuelves a intentar refugiarte en un repliegue de la memoria, en un párrafo enmendado, tachado, reescrito y vuelto a tachar de tu diario, del monólogo sin fin, la narración de sí misma que nunca empieza ni acaba, que se disemina sin cesar en su espacio ficticio, mientras intentas reducir la complejidad de trillones de relaciones para poder avanzar, para poder maquillarte. Nadie se maquilla para sí misma. Solo al espejo puedo ver mi propia cara. Cuando me pongo como Otro, y entonces me observo, y veo las arrugas, los pliegues enfermizos, la tez mortecina, los surcos junto a la boca que van dejando las sonrisas forzadas. La Imagen que aterroriza y fascina. Como una herida al sol. Bésame, Orfeo...... Desfilaremos desnudas por las avenidas. Atravesaremos la superficie del agua. Te quiero más que a mí misma muerta. Sentir la vibración que nos sacudirá, el rugido inmenso, que nos revuelva el estómago, que triture nuestros órganos internos hasta convertirlos en pura vibración..... Ninfas, el agua pura del estanque. La sangre que se diluye. Ahogadas a la orilla, el cráneo quebrado con una piedra, ebriedad de la sangre, euforia de la sangre, que crispa el brazo una y otra vez, y la rosa silvestre flota en las aguas.....